Desde ese día decidí no perderle la pista al bonaerense y seguir sus pasos en el mundo del fútbol que, a buen seguro, iban a ser importantes. Y, pese a que lo han sido, lo cierto es que no ha terminado de cuajar en un equipo de cierto nivel. Tras el Sudamericano, fue el Porto (cómo no) el que le echó el lazo y lo llevó a Portugal, aunque en el conjunto luso sólo disputó siete partidos entre Liga y Copa en su primera temporada. Unos datos que no mejorarían en el resto de su estancia en Do Dragao. Dos cesiones a River Plate y Hellas Verona le permitieron volver a exhibir su mejor nivel, sobre todo en la segunda. En la Serie A se destapó con 8 goles y 5 asistencias, algo que le llevó a fichar por la Roma la siguiente temporada, dando un salto de calidad a un equipo de más entidad. En una temporada y media en el equipo romano sus cifras se quedaron en 5 goles y 5 asistencias y su participación, de más a menos. Así, entre el mal camino de su equipo y las constantes rotaciones de Rudi García, acabó marchándose cedido al Bournemouth el pasado enero.
El motivo de este texto, y tan extraño para el que escribe, son los datos numéricos en el club inglés. En tres meses sólo ha disputado 55 minutos en Premier y 133 en FA Cup. Unas cifras bastante pobres para un jugador de su talento en un equipo que está clasificado en la parte media-baja de la Premier. No llego a comprender el por qué de esa casi inexistente participación. Desconozco si es tema de entrenador y a Heddie Howe no le gusta o existen otros motivos internos. El caso es que el ahora internacional paraguayo -jugó en Cerro Porteño desde los 16 a los 18 años- tendrá que convencer a Spalletti para ganarse un sitio en Roma de cara a la 16/17. Aunque lo cierto es que en Dean Court no lo está teniendo nada fácil. La historia de otro jugador sobrado de argumentos con escasez de oportunidades y regularidad. Por el bien del fútbol, que la encuentre pronto. Queremos volver a verle en acción.