jueves, 18 de mayo de 2017

Mónaco: el estilo de un campeón

Los jugadores hacen piña antes del partido decisivo ante el Saint Etienne.

Recuerdo elegir el pasado verano un partido para ver en una mañana cualquiera. El que más me llamó la atención fue un Fenerbahçe - Mónaco. Aquel día, el equipo francés cayó (2-1) en Turquía pero lo cierto es que me dejó detalles e impresiones muy buenos que me obligaban a seguir el choque de vuelta. Y así lo hice. En el Louis II la cosa cambió, y mucho. Los monegascos barrieron a los otomanos dando muestras de lo que se avecinaba y se clasificaron para la última previa de la Champions, en la que eliminaron al Villarreal. Porque sí, el Mónaco tuvo que pasar dos previas para jugar la Liga de Campeones.

Desde ese momento hasta hoy han pasado muchas cosas. Pero el equipo de Leonardo Jardim ha terminado la temporada dejándome las mismas excelentes sensaciones que me dejó aquella mañana en el Sükrü Saracoglu. No en vano, el equipo ha evolucionado de forma maravillosa hacia un fútbol vistoso y valiente que ha desembocado en un curso histórico.

En datos, el Mónaco ha salido campeón de la Ligue 1, subcampeón de la Coupe de la Ligue y semifinalista de la Champions y de la Coupe de France. También ha superado el centenar de goles en el torneo doméstico y nos ha brindado tardes de fútbol espectaculares y goleadas de escándalo. Algo tan fuera de lo normal en la actualidad que emociona y engancha a partes iguales.

Jardim ha formado un equipo con calidad y, a la vez, conjuntado. Es cierto que, en varias ocasiones, perdiendo la fortaleza defensiva que le había caracterizado en las últimas temporadas. Con un 4-4-2 bastante clásico, el técnico portugués ha dado sitio a todo su talento intentándolo compaginar con la robustez de un centro del campo ocupado por Fabinho y Bakayoko. Dos jugadores que han evolucionado junto al equipo a centrocampistas totales y que han tapado sus pocas carencias con los puntos fuertes del compañero. Ha dado rienda suelta a los laterales (muy ofensivos tanto Sidibé como Mendy) y a Bernardo Silva para que, partiendo desde la derecha, creara el fútbol ofensivo. En la delantera, la aparición estelar de Mbappé ha encajado a la perfección con la recuperación del mejor Falcao para reventar las redes de tantos goles. Con todo ello, con sus detalles y sus matices, ha creado un equipo trepidante y sin filtro que nos ha hecho disfrutar muchísimo.

En julio el equipo apuntaba, pero quizás no tanto como hemos visto después. El curso termina y los jugadores del equipo del Principado han sacado una nota alta. Veremos si los grandes clubes desmantelan esta constelación de buenos futbolistas que tanto han mostrado sobre el césped y nos privan de seguir disfrutando con este equipo.