lunes, 29 de agosto de 2016

Un ejercicio de personalidad

Silva controla un balón en el partido contra el West Ham.

El Manchester City 16/17 ha empezado como un tiro. El equipo que dirige desde esta temporada Pep Guardiola ha pasado la previa de Champions frente al Steaua con una facilidad pasmosa y ha arrancado la Premier con tres victorias en tres partidos. Pero lo más llamativo no es eso -que por plantilla sería lo normal- sino la forma en la que lo ha conseguido. El momento de más calidad de juego lo desplegaron en los primeros cuarenta y cinco minutos que protagonizaron en el partido ante el West Ham de la jornada tres. Arrolladores. Fantásticos. Académicos. El entrenador catalán parece haber impuesto ya su idea y el equipo la ha aceptado y llevado a cabo, aunque todavía en un modo de principiante.

Más que cambio de jugadores (pocos fichajes está siendo titulares), Guardiola ha cambiado el rol y la posición de los que ya estaban la temporada pasada para intentar sacar más rendimiento de ellos. Es el caso de Silva y De Bruyne. Tanto uno como otro han centrado su posición para jugar de interiores y crear juego y espacios por el centro, más retrasado el español para iniciar la jugada. Un sólo pivote y luego dos bandas muy abiertas con Nolito y Sterling. Brillante el inicio de campaña del inglés, por cierto. Ante el West Ham no sólo hilaron un juego de posesión, sino que también lograron lanzar varios contragolpes rapidísimos que terminaron, por ejemplo, en el primer gol del partido. Además, Guardiola se está empeñando en hacer de Zabaleta/Sagna y Clichy/Kolarov lo mismo que hacía con Lahm y Alaba en el Bayern, utilizándolos por dentro a la hora de atacar.

Sólo llevamos tres jornadas de Premier, y el City no se ha enfrentado todavía a un gran equipo, pero lo cierto es que se pueden ir observando cosas diferentes a las del año pasado con el sello inconfundible de Pep Guardiola. Tras el parón, derbi de Manchester. Primera prueba importante donde podremos ver si el juego sigue evolucionando y si funciona igual de bien ante un equipo potente como el de Mourinho.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Un Bakayoko omnipresente

Bakayoko conduce el balón en un partido con el Monaco.

Tras el partido de vuelta de fase previa de Champions entre Monaco y Villarreal (en el que los amarillos han quedado eliminados) hubo un asunto que brilló en mi mente más que cualquiera, más allá de resultado o análisis de juego de ambos equipos. Hablo del partido de Tiemoué Bakayoko. El parisino es lo que más me ha gustado/impresionado en este inicio de temporada de los del Principado, que han tenido que pasar dos rondas previas para disputar la fase de grupos de la Liga de Campeones. Haciendo pareja en el doble pivote con Fabinho, Bakayoko y el brasileño han formado un centro del campo potente y físico que ha sido clave tanto frente al Fenerbahçe como contra el Villarreal, ganando la batalla en el medio.

Bakayoko es un mediocentro 'todocampista' con una presencia y una potencia que escapa a la normalidad y sorprende a los rivales. Su 1,85 cm y sus largas piernas le permiten dominar el balón y recuperar infinidad de balones, como ocurrió en el partido de vuelta ante los castellonenses. Pero Tiemoué no sólo es un futbolista físico, sino que sabe jugar la pelota y tiene calidad para regatear o dar pases interiores. Posee una técnica importante para un jugador de sus características, sin embargo ese exceso de confianza en su calidad le perjudica y se traduce en algunas pérdidas en zonas conflictivas. Pero la cosa no queda ahí. Además de todo eso, Bakayoko es un futbolista de recorrido, no posicional, ya que entre sus cualidades también resalta la llegada al área rival. Se descuelga del doble pivote y es capaz de llegar con clarividencia a la portería contraria y rematar, aunque quizás ese no sea uno de sus fuertes. Todavía tiene que mejorar el tiro a puerta y añadir el gol a sus numerosos recursos.

Frente al equipo que dirige Fran Escribá, el centrocampista galo cuajó un partido brillante, tanto en la resta como en transición y llegada. Fue uno de los culpables de que el Villarreal no consiguiera en muchas ocasiones atravesar el ecuador del terreno de juego con una presión asfixiante en la salida del balón. Con tan sólo 22 años, el Monaco tiene en sus filas a un jugador con una progresión ilimitada en estos momentos y con muchas papeletas para convertirse en un futbolista importante. Veremos si esta es la temporada de su explosión, ya que equipos como United o Juventus han puesto sus ojos en él y, además, la Champions puede ser un gran escaparate para lanzar su carrera.

Lo que está claro es que, tras haberse clasificado para la máxima competición continental de clubes, el parisino se quedará en Monaco y sus aficionados disfrutarán de él esta temporada. Se trata de un jugador muy importante para el esquema de Jardim, porque permite mucha libertad a Bernardo Silva al abarcar tanto campo para que el portugués se mueva por todo el frente de ataque y cree las ocasiones. Es un jugador omnipresente.